Cumbias Bajo la Luna

 

El sábado 30 de septiembre despedimos el mes a lo grande. Con mi esposa, reservamos una habitación en el Club Campestre Kankay en Cieneguilla. Había un evento llamado "Magic Mushrooms: Como en Fiesta Patronal" y se iba a presentar Marisol y la Magia del Norte.

Salí de mi casa a las 12 rumbo a Pueblo Libre, donde trabaja mi esposa. Quedamos en vernos en Plaza Vea, donde compramos algunas cosas para el viaje, como dos bolsas de hielo y 3 six packs de cervezas Pacífico. De allí fuimos rumbo a Cieneguilla, pero como ya estábamos en Pueblo Libre, no tomamos la ruta habitual, sino que fuimos por la Avenida Javier Prado. El camino se hizo un poco largo pero ameno. Mi esposa estuvo contando historias muy interesantes sobre otras personas. Afortunadamente, no teníamos hambre debido a que decidimos almorzar antes de tomar la carretera en una pollería llamada Norkys en Pueblo Libre. Yo llevaba en la maletera del carro mi cooler con dos bolsas de hielo y las cervezas. Cuando llegamos a Cieneguilla, paramos en un automercado para que yo comprara una colonia, pero no encontré. Luego seguimos subiendo, como camino a Nieve Nieve, el tramo final me sorprendió un poco porque había muchas curvas y era muy estrecho. En varias ocasiones me tuve que detener por seguridad y facilitar la maniobra a los autobuses que venían en sentido contrario.



Llegamos casi a las 5 al Kankay. Empezamos mal porque no nos dejaron ingresar las cervezas, entonces dejamos el cooler con el hielo y las cervezas en la entrada con el vigilante. Ingresamos al lugar que se veía bastante grande y bonito. El estacionamiento del hotel estaba lleno, por lo cual tuve que estacionar en un camino donde se guardan las cuatrimotos. Caminamos hacia el hotel, hicimos check-in y compramos algunas cervezas. Estuvimos hablando y tomando un buen rato hasta que llegó la hora de ir a ver a Marisol y la Magia del Norte. Teníamos pagas entradas VIP, pero teníamos que canjearlas. Tuvimos que caminar mucho y hacer una cola. Mi esposa se comenzó a poner de mal humor, pero logramos canjearlas y entramos al lugar donde sería el concierto. Había una tarima con muchas luces, muy bonita, pero no había tanta gente. Allí tomamos varias cervezas. Era barra libre hasta las doce, pero solo había bocaditos y pisco sour. Las cervezas estaban a buen precio, a 6 soles, así que valía la pena. Yo, por mi parte, comí muchos bocaditos. La espera fue larga, pero amena porque estábamos distendidos y bromeando. Habían unos animadores que, pasado el tiempo, aburrieron y no sabían ya qué hacer. A las 12 comenzó el show con la Magia del Norte. Me enteré en ese momento de que también tenían sus canciones. Cantaron varias cumbias populares de diferentes grupos, entre ellas el mix de Juan Gabriel que se hizo popular cuando falleció el artista. Luego entró Marisol y cantó sus éxitos. Ya había más personas a esa hora. Yo, aunque no disfruto mucho la cumbia pero disfruté las canciones que conocía. Con las que no conocía, simulaba tocar los timbales con unos palitos de colores y latas de cerveza vacía. También me entretenía viendo en las pantallas eléctricas el logo de Magic Mushrooms, que es muy gracioso.

Marisol, para mi sorpresa, no tiene muchos éxitos, pero los cantó todos, e incluso cantó muchos covers, entre ellos las canciones más conocidas de la fallecida cantante argentina Karla. Y para sorpresa de todos, una versión cumbia de "Escándalo", la canción que yo más quería escuchar era “La escobita” sorprendente todo el mundo estaba esperando y la que dejó para el final. Aunque cantó la mitad, luego cantó parte de "Festejo" (ritmo de tambores) y luego la otra mitad. Terminó el concierto. Luego comimos, mi esposa y yo, unas alitas broaster y unas salchipapas. Caminamos como novios de una semana el camino a la habitación, que era largo.



Al día siguiente, desperté mucho más temprano que mi esposa porque la habitación no tenía cortinas y soy muy sensible a la luz. Mi esposa despertó casi cuando ya tenía que entregar la habitación. Entonces recogimos, hicimos checkout, nos pusimos ropa de piscina, pero no nos apeteció darnos un chapuzón, así que nos sentamos a decidir dónde almorzar. Fuimos a por el carro y salimos del Kankay camino a Lima. Almorzamos en el restaurante El Vallecito, donde comimos chicharrón de chancho y caja china. Luego, salimos rumbo a casa y llegamos rápido, en unos 40 minutos. Y así terminó nuestro fin de semana, vísperas de la celebración del cumpleaños de mi esposa.

Comentarios